MANTA, CIUDAD QUE ENCANTA
Cada 4 de noviembre, Manta se viste de fiesta, este año cumple su nonagésimo octavo aniversario de la gesta emancipadora que logró al fin incorporarla, con justicia, como un cantón más de esta bella provincia.
Fue en aquella época, hace 98 años, cuando hombres y mujeres prestantes, incubaron la idea de independencia política de Montecristi para consolidar un nuevo cantón, ya que tenía todo para ser grande: banca, comercio, industria, pesca y de esta manera lograr un desarrollo basado en la riqueza y la producción de la entonces parroquia Manta.
Nuestra ciudad está ubicada privilegiadamente a orillas del Océano Pacífico, en la Costa ecuatoriana, por tanto, goza de un excelente clima tropical que permite realizar actividades acuáticas en los diferentes balnearios que posee a lo largo de su territorio, tales como: Santa Marianita, San Mateo, Tarqui, El murciélago, entre otros.
Esta ciudad fue cuna de una gran civilización, denominada la “Cultura manteña”, por tanto, su existencia se remonta hacia épocas legendarias. En los actuales momentos, es una de las ciudades más dinámicas y pobladas de la Provincia de Manabí y considerada una de las más importantes del país. Sobre su suelo, se levanta una imponente urbe, donde el asfalto y las edificaciones le dan aires de modernidad, con amplias avenidas, parques, lugares de recreación, hotelería de primera, centros comerciales, exquisita gastronomía, en fin, toda una infraestructura para atraer la mirada de cientos de turistas nacionales y extranjeros que la visitan, especialmente a través de grandes cruceros que surcan el impetuoso Pacífico.
Su desarrollo se debe a su condición de puerto pesquero que la convierte en un emporio de divisas para el Ecuador, puesto que en ella, están asentadas las principales fábricas de extracción, procesamiento y conservería del pescado, cuyo resultado es el atún y la sardina, que son productos de exportación y consumo nacional.
También es digno destacar el empuje de su gente que ha propiciado, a través de su contingente, la obtención de un mejor nivel de vida y la creación de fuentes de trabajo para muchos que llegan, como producto de migraciones internas, buscando nuevas oportunidades, lo cual no ha causado tanto impacto social, sino más bien ha contribuido al progreso de la misma.
Manta es ciudad que encanta e invita a cualquier ciudadano del mundo a visitarla y guardar en su retina el azul intenso de su mar y en su corazón el calor de su gente porque: ¡Quién llega a sus lares no se va jamás!
INVITADO
Mg. Sara Palma Molina
AUTORA
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