miércoles, 30 de septiembre de 2020

EL FANTASMA DE ANA.

 

 

  No me sorprendía que nadie quisiera entrar en esa casa porque había un fantasma, el cual se apoderó de ese lugar, los vecinos no podían dormir de noche ni estar tranquilos en el día,  porque el espíritu siempre estaba ahí y les hacía asustar mucho.

Hace cuatro años vivía una familia de 10 integrantes, ellos eran muy felices, Ana con sus hijos, sus nietos y sus nueras, ella era viuda ya que su esposo falleció hace 10 años por un ataque al corazón.

 

 Desde entonces a ella  le cambió  la vida, pero sin embargo,  siguió adelante con sus hijos, los educó, ellos querían mucho a su madre y le agradecían el esfuerzo, pero con el tiempo ellos se  casaron  y formaron su familia.  Ana quería mucho a sus nietos, era muy feliz a pesar de todos los malos momentos que pasó.

Un día Ana se peleó con el  hijo mayor, el cual  vivía a lado de su casa, ella tenía un gran amor hacia su nieto Luis,  era su adoración. Para evitar que su madre tuviera contacto con el nieto cerró la puerta que unía el  patio de ambas  casas.

Ana se puso muy triste al saber que por esta situación  no podía ver a su nieto. El niño extrañaba a su abuelita,  a quien quería mucho. Con el paso del tiempo  Juan seguía con ese rencor hacia su madre, lo que traería duras consecuencias.

Un día Ana enfermó y se puso muy mal, siendo llevada de emergencia al médico por su  hijo menor, por suerte el diagnóstico determinó que su estado no era de gravedad, le  recetó  unos medicamentos y la envió a casa; pero ella no se sentía bien, por lo que salió al patio y se  acostó en una hamaca, nadie se percató en donde estaba  y cuando el reloj marcaba las seis  de la mañana Ana falleció sola en la hamaca fría sin nadie que la consolara en su última agonía. Se fue enemiga con su hijo porque ella nunca le perdonó lo que sucedió.

El  fantasma de Ana  no se ha ido, ella está en las dos casas y nunca deja a su nieto solo, llega de noche y de día y no los deja dormir.  A su nieto Luis le coje de los pies y  le hace asustar, aunque ya pasaron dos años, ella se ha aferrado en la casa y se quiere llevar  a su nieto, ya que nunca perdonó a su hijo Juan y  piensa que   haciendo  esto él sufrirá de la misma manera que ella padeció al no poder ver a su nieto.

Ahora Juan tiene que hacer tratar  a su hijo de un curandero, éste  le dice que  se tiene que hacer un encuentro espiritual con su mamá, pidiéndole perdón.

En dicho encuentro que tuvieron los dos, Juan  le pidió perdón a Ana y le suplicó que por favor le  cuidara a su hijo y se fuera a descansar en paz, que ellos la recuerdan mucho y ya no los haga asustar y puedan regresar a su casa tranquilos.

Recordemos valorar y cuidar a nuestros padres ya que ellos son muy importantes en nuestras vidas y siempre dan lo mejor por sus hijos . 


 Autor: David Alejandro Holguin Zambrano.

Curso: 8vo EGB "B"

 

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