No me sorprendía que nadie quisiera entrar en esa casa ya que ahí vive una señora de la tercera edad, ahora por la pandemia más sola que nunca ya que su familia no la puede visitar por el peligro de contagiarla. La señora Chelita se levanta muy temprano, cuida mucho a sus animalitos, primero le da de comer a sus pollos que pían hambrientos, va donde los patos y se asegura de que tengan agua, luego de eso se va a recostar acompañada por hermoso perrito llamado Tobby, el cual es muy juguetón y mordelón, también tiene una gata y un gato que maúllan y corretean de un lado a otro, tiene varias jaulas llenas de loros moviéndose de un lado a otro, buscando una puerta a la libertad, cuida de un pequeño cuy de color negro, un poco tímido.
Su casa parece un zoológico y esto hace que Chelita pase su día entretenida; tiene un jardín hermoso lleno de flores de diferentes colores: amarillo, rosa, verde, rojo, azul… Pero, no todo es color rosa, porque cuando llega la noche, ella empieza a entristecer recordando sus años de juventud rodeada de sus pequeños hijos, corriendo, gritando y jugando. Pienso qué pasará con Chelita el día de mañana, temo que en un descuido llegue el virus del COVID-19 y la ataque porque no lo resistiría. Reza y pide a Dios que le dé fuerzas para que no le pase nada y se acuesta a dormir.
Autor: María Fernanda Vinces Jurado.
Curso: 8vo EGB "B"
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