UNIDAD EDUCATIVA FISCAL “PAQUISHA”
EL CONEJITO NIEVES.
Había una vez en un pueblo no muy lejano, un humilde carpintero con su esposa y sus dos hijas, a las cuales les dieron los nombres de Clara y María, eran unas niñas educadas y muy felices, les encantaba salir a jugar a la plaza, pasear y recoger flores en el camino, de repente se encontraron con una anciana que caminaba descalza y sin qué comer, María una de las hermanas siempre solía llevar con ella una canasta y una manzana roja.
La niña le ofreció su manzana a la anciana y ambas decidieron acompañarla a la plaza para que las demás personas puedan brindarle su ayuda.
Todos en el mercado aportaron entregándole, vestimenta, calzados y además una de ellas ofreció darle un techo donde vivir. La pobre anciana estaba muy emocionada y feliz, no podía creer que en aquel pueblo había gente humilde y sobre todo muy solidaria. Le agradeció tanto a los moradores del pueblo por su generosidad y especialmente a las niñas; como muestra de agradecimiento, la anciana sacó de un manto que cargaba con ella, un lindo conejito blanco, tipo piel de peluche y decidió obsequiárselo a las niñas.
Las niñas al observar el conejito se emocionaron mucho, tanto así que no podían creer que la anciana les obsequiara tan lindo regalo, lo cogieron y abrazaron mucho.
Regresaban contentas a su casa a contarles a sus padres lo que hicieron y lo que ganaron por su buen acto, ellos estaban felices de tener a dos hijas muy generosas, tanto así que decidieron que ellas se quedaran con el conejo, su madre les dijo: -¡Niñas ahora que tienen una linda mascota deben cuidarla, protegerla, amarla, darle mucho cariño y sobre todo alimentarla!-
El papá les preguntó: - ¿Qué nombre le van a poner al conejito? -Las niñas contestaron: - Se llamará NIEVES… porque es tan blanco como la nieve.
En el trayecto del camino se encontraron con Pedro, un niño muy egoísta y cruel que vivía cerca del pueblo, se acercó donde las niñas y les preguntó qué era lo que llevaban en esa canasta, ellas contestaron:
-Llevamos un lindo conejito blanco que nos obsequió una anciana…- Pedro al ver al conejito le dio envidia y les dijo que ese conejo era tonto y feo siguiendo su camino.
Así fue como pasaron los días y las niñas salían a la plaza a jugar con el conejito, hasta que un día ellas salieron con sus papás, a vender unas sillas de madera y dejaron al conejito en la vereda de su casa, en una jaulita que el papá de las niñas le había hecho al conejo.
Al rato apareció Pedro y al ver que en la casa todo estaba cerrado y no había nadie, entró por el frente y sacó el conejo de la jaula diciendo: - ¡No es justo que estas niñas tengan un conejito tan lindo como éste y yo no, así que me lo llevo a casa y será mío! -.
Al caer la noche, Clara, María y sus papás regresaron a casa muy cansados por el viaje, cuando entraron las niñas fueron directamente a consentir a su conejito y ya no estaba, lo buscaron por toda la casa y no lo encontraron, al saber que no estaba, las niñas empezaron a llorar porque lo extrañaban mucho y se encerraron en su habitación sin comer.
Después de 3 semanas, Clara y María decidieron acompañar a su mamá al mercado, con la esperanza de encontrar a Nieves por ahí, de repente cuando iban caminando, vieron a Pedro con un conejito muy parecido al de ellas, por lo que las niñas le preguntaron de dónde había sacado ese conejito, ya que a ellas se les perdió Nieves y el que tenía él era muy parecido.
Éste respondió: -Por supuesto que es su conejo, lo encontré solo en tu casa y decidí llevármelo-.
La mamá de las niñas le dijo a Pedro que debía devolverles el conejo a sus hijas ya que ellas estaban muy tristes porque lo querían mucho. Pedro contestó: -Yo no tengo por qué devolver a nadie nada- y seguidamente se fue a su casa.
La mamá le contó a su esposo lo sucedido, entonces fueron a casa de Pedro a hablar con sus padres para que devolviera a Nieves.
Al llegar a la casa de Pedro hablaron con sus padres contándole lo que su hijo había hecho y le exigieron que devolviera el animalito.
Con lágrimas en los ojos Pedro devolvió a Nieves y pidió disculpas por haberlo tomado, dijo que era por envidia, pues él nunca había tenido una mascota, así de hermosa, para darle cariño; sus padres le preguntaron a Pedro por qué no le había pedido una mascota, ya que ellos no tendrían ningún inconveniente en comprársela, aconsejándole que eso no tiene que volver a suceder porque no está bien tomar las cosas de otro.
Ambas familias se pidieron disculpas, los niños se hicieron buenos amigos y salían siempre a jugar todos juntos y felices con Nieves.
AUTORA
SILVIA NATASHA NAVARRO QUIROZ
OCTAVO D
AÑO LECTIVO
2020-2021
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